El toro en la campiña, con calma atónita, cual de penitente se tratara, en el ensimismado silencio, entre los filamentos de yerba, su tristeza sembraba.
Mientras, la noche vestida de filigrana avanzaba, el más anhelaba de poder besar la faz de la luna blanca, que los dioses atendieran su ruego para poder seguir en libertad respirando, para poder seguir sintiéndose mecer entre los brazos del viento.
Pero no escuchó ni vio ningún indicio de que fuera atendido su atormentado rezo.
Y se preguntaba el porque de quererle arrancar el corazón de su cuerpo, si nunca había dado mala suerte, ni traicionado, ni herido, ni jamás había arrancado de raíz ninguna rosa de Alejandría a su paso.
El toro cerró los ojos sintiendo su propio jadeo, el dolor insurgente de su alma, y al abrirlos se encontró con la bella luna ante el postrada, auscultandole con la mirada, y allí siendo testigos los cometas, con el talle del amor lo encubrió.
Al arribar el adverbio de la mañana, cuando fueron a buscarlo, solo hallaron el aliento de dos cuerpos amándose, dos brasas que el fuego de la pasión, hacía alejarse, reencontrarse.
Infinitas gracias querid@s amig@s por vuestro respeto y cariño
ozna-ozna
Me recuerda eso de "Ese toro enamorao de la luna que apacienta por la noche la maná..."
ResponderEliminarBesos y salud
Qué triste , por Dios¡¡, entran ganas de morise una aquí.
ResponderEliminarPor cierto la poesía muy bella, te felicito.
Un abrazo.
Feliz semana,Ozna, un beso.
¡Hola Ozna! No sé si escribías en clave o con doble intención pero sea como sea, te quedó una entrada muy buena. Con tristeza pero es una estampa bonita.
ResponderEliminarY bueno, los dioses nunca escucharon al hombre pero éste sigue pensando que existen jaja.
Buena semana para ti.
cuanta energía en el relato,
ResponderEliminarme gustó
saludos
Tão lindo!
ResponderEliminarPrecioso texto amiga, el amor siempre hace el milagro. Me encantó. Besitosss.
ResponderEliminarmaravilloso fundirse en esas brasas envuelta en una pasion, bello relato amiga, saludos y un abrazo
ResponderEliminarEs muy bello Ozna... quizá podamos enfocarnos como ese toro en nuestros sueños para alcanzarlos de alguna manera insospechada.
ResponderEliminarTe dejo un fuerte abrazo.
pasional, nostalgico, bellisimo!
ResponderEliminarun beso
Hola princesa asturiana.
ResponderEliminarLa luna siempre inunda de magia nuestra vida.
Besos desde aquí
Ese toro enamorado de la luna, al menos se encontró con ella y concretaron lo bello de su amor. Que bonita historia, me encantó.
ResponderEliminarmariarosa
Nunca el toro de Osborne pudo disfrutar de mejor compañía....habrá sucumbido también el a los encantos hechiceros de la luna?
ResponderEliminarBesos