intercambiando cómplices miradas
hablaban en voz baja entre ellas
Afuera la brisa permanecía en silencio
limitándose a caminar junto a la luna
que lucía más que nunca su enigmática belleza
Dejándose llevar, sin que nadie lo viera
el tic tac del reloj se iba enredando a su cabellera
traspasando la frontera que a ninguna parte lleva
Y sin arrepentimiento, sin sentirse esclavo, ni culpable
con paso rutinario se fue abrazando a aquella cintura estrecha
Sabiendo que para que aquel ser levantara la cabeza
y lo viera como un bufón de madera
y no lo hiciera sospechoso de la vida
que de largo pasa y cual vela se quema
Culpable del vano intento de con las manos querer asir las estrellas
del porque tener que nadie establecer fianza al alma
por estar del rey Amor prisionera
Tenía que en el corazón morderla
Y así volviera a lanzar al aire una moneda
para otra vez empezar a navegar sin pértiga que sostiene las velas
sin sentirse por ello bondadosa ni perversa
para sin precisar abogado a la ilusión ataviara de seda
para que su respiración siguiera queriendo retroceder en el tiempo
y sin firmar mil formularios hablar con el pretérito sin centinela
Un roce en el hombro la hizo izar la mirada
y vio al futuro sin huellas dactilares
de pie sonriendo junto a ella
y sin por su presencia hacerla sentir inquieta
sin emitir ningún sonido, al unisono miraron al mundo
que había dejado la puerta entreabierta
y en ese mismo instante decidió ser la dueña
de las mil y una mujeres que habitaban en su materia
responsable del eco de sus pasos cuando se dirigen
en busca de los abrazos a los cuatro puntos cardinales
a los dígitos incas, mayas y aztecas
de sus lagrimas derramadas en noches sin luna llena
de su voz cuando osada se pregunta que pasaría
si dejara de bucear en el océano de su esencia
si dejara de estar loca, a en rotundo negarse al hábito que pesa
de soñar que el mundo algún día solo se rigiera
de mientras fuma sembrar semillas de diálogos y poemas
de mientras escucha el gorgoteo del café trepando por la cafetera
solicitar al sol sean distintas las noticias de las gacetas
de dejar de revelarse contra los que miran ufanos
su cascara vacía en las vidrieras
contra los que a las injusticias no decretan sentencia
contra los que tras un talonario ocultos cambian de chaqueta
contra los que pese a saber que su amor ha caducado
embalan mil mentiras en una capucha de saco
con cobardía buscan mil disculpas para no desligarse
y prefieren aguardar sentados, no dar media vuelta
y cada uno alejarse por su lado, y así permitir que el color rojo
de la efusividad, la pasión y el entusiasmo, latiendo prosiguiera.
Infinitas gracias querid@s amig@s por vuestro respeto y cariño a mis letras.
ozna-ozna
