dando fe de su magnificencia y delicada hermosura
Mientras la neblina desplazándose sobre ellas
las iba dando una irreal apariencia, cual si estuvieran hechas
de la misma sustancia que las quimeras
que luchan por soltarse de las cadenas
que al mundo real las tienen prisioneras sin consideración ni medida
Y sin ellas percatarse, unos ojos de mujer las observaba
tratando de recordar en que parte del libro de los óbitos
constaban los apellidos de la paz afable y prestigiosa
En que lapida de cementerio reposaban sus restos
para poder ir a ponerla cual si fuera un ritual
sobre ella con matiz multicolor una flor siempre viva
En que poro de piel esparció antes de morir cual polen
su cálido tacto, aroma, color y sabor
En que cámara de corazón había dejado antes de su ultimo suspiro
tatuados unos versos, sabiendo que sin ella
difícil y penosa la existencia se declamaría
que trataría la humanidad una y mil veces de retornarla a la vida
El silencio se poso sobre aquella mirada
que por ser indisciplinada el transcurrir del tiempo
no pudo borrar el brillo de la esperanza
el convencimiento de verla aparecer en la distancia
con su enigmática sonrisa
asida de la mano del respeto que era para ella
su beso de amor sin pecado ni malicia
De escuchar la musicalidad de su voz
a través de las raices de las memorias
las únicas con poder de desplazarse
por las fechas de las agendas sin apretada síntesis
Y así con angustia las horas seguían su recorrido
de espaldas a la luz del sol
para que no distinguieran las gaviotas
que jugueteaban sobre aquellas olas
sus rostros rezumando gota a gota por añorar la paz pretendida
desconcierto, impotencia, dolor y melancolía
Me vais a perdonar entrañables amig@s, pero estas humildes letras las quiero dedicar con mis más profundas condolencias a los familiares de las victimas del horrible atentado acontecido esta noche en París.
