Aquella noche ozna-ozna

La luminiscencia del atardecer 
que a punto de ausentarse se hallaba
 se suspendió en su semblante 
por perecederos instantes
En sus pupilas reverberando la emoción 
que a su ser embargaba
propalando por el mar 
la profunda necesidad de aquella noche
  retornar a la infancia. 
Donde en ella la ternura quedo hilvanada
Impregnados los afeites de las flores
 las gotas húmedas de comprensión 
la fascinación ,la sapidez del perdón 
el hálito de las rosas y las plantas.
 Donde los sueños eran perfectos, 
felices al no sentir la necesidad de saber 
que serían de ellos y de el 
si  la miel dejase de alambicar el reloj
Donde su risa eran tañer de campanas, 
Donde sus ojos jugaban en el jardín
 a descubrir lamparillas, gnomos y hadas .
Donde del dorso le afloraban alas,
para volar cuando en las noches
 añoraba sentir a su lado el resuello
 la romanza de sus seres amados . 
Conmovido busco amparo en la luz 
que el cielo indulgente para el esbozaba . 
Sintiendo su corazón que el amor
 al pasear se fue deshojando 
dejando colmado el camino
 al atardecer de hojarasca
  por donde sus pies pisaban. 
Y llorando elevo sus pensamientos 
cruzando la frontera de los recuerdos. 
Concibiendo la nigromancia  
de aquella madrugada 
en las estrellas el bálsamo
 que cura las heridas de su alma 
La deliciosa sensación
 en la punta de los dedos 
cuando a los peluches acariciaba
a sus soldaditos de plomo jalonaba
En el corazón la agitación
 de oír el crujir de su caballito de madera 
al sentir su peso sobre el cuando lo cabalgaba 
Una vez más la ilusión atesorada
 en la noche de reyes había hecho
 en aquel ser abrigar la esperanza
 hacer a su mente comprender
 que el niño interior que el creía
haber descuidado una mañana 
 nunca le había abandonado  
y seguía en su ser morando ,
que por siempre sera el amigo fiel
que le escucha y le habla 
 Hacerle comprender que sin el
 el mundo no gira o gira del revés
que el corazón corre el riesgo 
de mudarse en cartón o papel
Que los días arrecian de frío
al rehuir el sol asignarles calidez 
las noches de mantilla negra ataviadas 
al esquivar la Luna agasajarlas
con su comitiva de estrellas 
sin querer manifestar como se reclaman
Que en el tic-tac del reloj  huyen las saetas 
cansadas de luchar por no quedar
 postergadas en la posada del desencanto
 donde la utopía tiembla agonizante 
 Que con el caminando a su lado
 construirían una alcazaba
donde habitaría el mañana 
sin otoño gris, donde no existe el no
donde los sueños nacen 
en la gasa de las alboradas 
donde bandadas de aves cantoras
estucan de taumaturgia las almas 

                     Fotos cedidas por el insigne fotógrafo Jose An 
Infinitas gracias querid@s amig@s por vuestro respeto y cariño
ozna-ozna