sin dejar huella alguna, ni pagar diezmo
libre, sin ataduras, ni remordimientos
Recorrí sus rincones a través de sus antiguos caminos
que confirman sus orígenes remotos
Y me sentí feliz al no estar codificados
por el miedo que domina y aplasta
por las religiones que limitan la libertad de pensamiento
Sólo manteniendo con el olvido absoluto y la muerte
un pacto secreto
Los sensuales tonos del amanecer en estratégico silencio
conservando su gran romanticismo
me condujeron a una serie de calles con escalinatas
dejándome en el centro neuralgico del desvelo
donde hay que añadir horas a los horarios
Integrándome en sus relieves
con sus vientos y corrientes
en sus resaltes rocosos, terrenos escarpados
en sus numerosos cruces de senderos
donde las zarzas tapan su trazado
Cuando abrí los ojos sólo de lo acontecido
me quedaba un vago recuerdo
Y así fue cómo sin firmas ni tratados
ni establecer negociaciones
ni pase notarial con sello
atravesé la linea de frontera
entre la somnolencia y el desvelo
ozna-ozna
