Que importa quien era ni su procedencia
si venía de lejos o de cerca
Ni quien lo había invitado a mi mesa
Solo sé que en su rostro
se percibían las huellas de su esencia
Que sin pretender audiencia
sus dedos comenzaron
a rasgar las cuerdas de la guitarra
haciendo brotar el gemido de los sentimientos
que atenazaban sus entrañas
De suspiros de amores con códigos mecánicos
De suspiros de amores que se lanzaron al vacío y se quebrantaron
De suspiros de amores que se desperezan
anunciando un después, un mañana
De latidos dolorosos
de heridas mal cerradas
De tonos confiscados de palabras
Otros enmudecidos por cobardes
De ritmos de lujuria afinados.
Sus dedos comenzaron a rasgar las cuerdas de la guitarra
lanzando el mensaje que jamás hay que perder la esperanza
que los sueños convertirse en logros pueden
siempre que se luche sin tregua
por darles forma y alcanzarlos
El gemido dulce de guitarra cómodo en su desnudez
suena en el techo acristalado del firmamento
cabalgando entre luz y oscuridad
entre despintados matices
descascarillados paisajes
Entre presencias y ausencias
Entre mentiras y verdades
Entre el monstruo del tiempo
que amaga romper sus cuerdas en mil pedazos, para acallar su valor, valentía y coraje
Nuestras miradas se cruzaron sin mascaras
sin rodeos, ni ambigüedades
Ambas luchando contra las corrientes de agua pesada de nuestro presente
Ambas habitando con los fantasmas de nuestro pasado
Dos solitarias refugiadas en su mundo
en su silencio atrincheradas
Sus dedos siguen rasgando las cuerdas de la guitarra
queriendo hacer entender
que la invisibilidad no significa inexistencia
Que el Amor emite ultrasonidos cual hormigas, murciélagos y delfines, para orientarse
Que titila cual corazón de colibrí que a mil veces por minuto late
Aunque su sonido inadvertido a nuestros oídos pase
Infinitas gracias entrañables amig@s por a mis humildes letras vuestro respeto y cariño
ozna-ozna