Un silencio profundo reinaba
Los muñecos de cuerda
exentos de sentir y pensar
cesaron su egoísta zancajear
su barahúnda infernal
Dana y Morrigan
dejaron de darles cuerda
para volver entre ellas a platicar
Para engendrar un acto de amor reciproco
Uniéndose a él, el acompasado sonido
monótono y regular de un péndulo
que posee el don de la tranquilidad
Dana le habla a Morrigan
de las baladas con numerosas tonalidades
del ruiseñor
de los versos voluptuosos
entre la luna y el sol
Morrigan le habla a Dana
del grito de libertad del río
cuando se aparea con la mar
Mancomunándose sin cohecho
lo efímero y lo eterno
Sin contaminar
el dulce y la sal
La utopía y la realidad
Infinitas gracias entrañables amigos/as por a mis humildes letras, vuestro respeto y cariño
ozna ozna