Ella aspira los mis olores indefinibles del mar
Escucha el agitar incesante de las olas
como si quisieran despojarse de la frialdad de la noche
Levanta los ojos y contempla
como sobre él se va desparramando la luz de la luna
Y él anhelando aquel momento
la arropa con su color azul turquesa inmenso
Los mira y quisiera experimentar
aquel magnético y sencillo amor que sienten ellos
Pero para ello, el corazón
no tenía que estar de rasguños lleno
El alma, no agrietada de desengaños
que rompen por dentro
Que las manecillas del reloj
dejaran de arrastrarse por la esfera
con tedio
Se queda sentada sobre la roca
sin hacer ningún movimiento
disfrutando de aquel acto de amor
amenizado por la melodía del silencio
En el silencio, encontramos las mejores melodías. Me alegra re-encontrarte. Saludos.
ResponderEliminarInfinitas gracias entrañable amigo por dejar tu bella huella en la morada de mis letras. Besinos miles, y la alegría es mutua.
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