Después de una eternidad
volvió a escuchar el cantico sempiterno de su mar
Su mar que hace enloquecer de lujuria
a la luz de la luna cuando se refleja con intensidad
en la danza fascinante de sus olas
Volvió a empaparse de su aroma
tesorero él, de las huellas de lo que fuimos y lo que somos
De los versos paganos
de las almas de los valientes pescadores
De conmovedoras historias de hombres
con la piel tiznada de negro
que a su grito de LIBERTAD hicieron oídos sordos
Después de una eternidad volvió a su mar
y mientras con mimo lo miraba
lagrimas gruesas que surgían de su alma astur
manaban de sus ojos
Muy emocionante regresar a su lugar y estar en ese encuentro privado con el mar.
ResponderEliminarPrecioso.
Besitos de anís.
Qué texto tan bonito, atractivo y agradable de leer. Felicidades amiga. Que bueno verte aquí.
ResponderEliminarinfinitas gracias a ambos por vuestra visita a la morada humilde de mis letras.
ResponderEliminarBesinos a raudales.