El pastor ozna-ozna

El pastor era un hombre singular y enigmático , por el que los lugareños se sentían fascinados.

Unos decían que un querer desdichado era el inculpado de que el codiciara respirar en el más incondicional retiro. 

De ambicionar estar apartado del mundo de los verbos y el bullicio.

Lo que ignoraban era que tras su caratula de apatía con la que alimentaba las distancias, torbellinos de pasión y creciente éxtasis en su humilde corazón anidaban . 

Por el pigmento bermellón del firmamento cuando los rayos del sol se desprendían en vertical sobre el campo. 

Por el jocoso revoloteo de los gorriones descendiendo para saciar su sed en el agua fría y diáfana del lago .

Turbándose su ser al observar al caer la tarde de la alianza de amor por efímeros instantes entre el Sol y la Luna.  

De como minúsculas gotas de rocío, con mimo, se sedimentaban sobre los helechos, las orquídeas y las rosas salvajes.

De ser testigo de como bellas alevillas con suma ternura lamían el elixir de las flores y las frutas . 

Magnetizado por el broche de oro que engarzaba el sol al cielo ornado con azafranada túnica.

Por la divinidad del rostro de la Luna que exhibía la noche con descaro .

Lo que por siempre ignorarían los lugareños era que al arribar el crepúsculo, el pastor se sentaba en el verde tapiz de la pradera y hurgando afanosamente en su mochila , sacaba una cuartilla plegada que el tiempo la había obsequiado con tono ambarino y deletreando los signos que en ella estaban bosquejados , bañado por el fulgor de las estrellas despierto soñaba. 

Que la humanidad no estaba dividida, que los amores eran eternos y los pensamientos libres 

Que no existían relojes aprisionando nombres, ni encuentros. Ni fragmentando sentimientos ni dichosos instantes.
Ni empalideciendo los tonos del arco iris, el aire, la tierra , el fuego y el agua. 

  Infinitas gracias querid@s amig@s por vuestro respeto y cariño
ozna-ozna