a veces ascética, otras tronera, pero siempre verdadera
siempre brindando a su manera por la amistad, el amor y la belleza
La que no permite opiniones sobre quien en su corazón capitanea
preguntas de a donde se dirige para hallar el aliento y la armonía
cuando el cielo se viste del color envolvente azul turquesa
Alma escarlata que con su lenguaje desparejo
la hace a veces puritana parecer, otras bruja
que en tiempos de inquisición, sin ninguna conmiseración
hubieran sentenciado a ser quemada en la hoguera
Alma escarlata escritora de mil cuartillas de papel
que luego con jubilo o llanto al aire lanza las letras
Letras dedicadas a los comienzos, a la añoranza
a la hierba, a la inocencia y a la madera
a las águilas, a los lobos y las grosellas cuando con la justicia sueñan
a los demonios carroñeros que hacen ruinas a los encantos y a la quimera
mientras su capital amargo burlándose de la decencia se acrecienta
a los sonidos de pies heridos cuando ascienden buscando la libertad por las cancelas
al miedo de los cuerpos amontonados que cruzan el océano en balsas
huyendo de pinturas desconchadas, de suelos sucios cubiertos de polvo y arena
Al individuo que por las mañanas en un sillón de piel holgazanea
recorriendo por el periódico la mirada ostentando ser digno
ser filantropo, ser conocedor de leyes, de rogativas fraudulentas
y solo piensa en que paraíso fiscal eludir su tiznada hacienda
y pasa por alto los sin nombre que fenecieron en alta mar
en busca del abrigo de una esperanza que no duela
de un tópico de consuelo, de un sentimiento que por su color y religión
no los maldigan, ni los hagan sentir vergüenza, ni bajar la cabeza.
Alma escarlata ornada de delicados e imborrables recuerdos
de cantes de fantasía que a la melancolía hacen huir
encelada de la soledad, silencios y pasiones que a la piel una y otra vez regresan
Alma escarlata que por momentos abandona sin dolor el vehículo que la transporta
y sin importarla el decir de los demás se tumba desnuda
al calor del sol sobre el mar, sobre la hierba fresca
y va al encuentro de la niña que fue y abrazándose a ella
construyen castillos sin mazmorras en la arena
de la mujer apasionada que a la voluptuosidad se enreda
esa voluptuosidad que por el firmamento en barquito de papel la lleva
de su amigo el viento que la hace no olvidar que a miles de leguas
a la hora de los juegos sus amados príncipes la suben con ellos al tobogán
y antes de irse a dormir, comparten risas y cuentos que hablan
de escenarios de felicidad, de colores que no borra el tiempo, de nubes casaderas.
Infinitas gracias querid@s amig@s por vuestro respeto y cariño
ozna-ozna
