poemas de amor body{ cursor:url(http://cuw.iespana.es/archivos/amor07.ani);} poemas de amor ozna ozna : La romanza astur ozna-ozna

domingo, 31 de enero de 2016

La romanza astur ozna-ozna

La madre enlutada con la niña en brazos miraba aquel buque mercante, sabiendo que tan solo faltaban pocos minutos para que su pequeña, fuera a formar parte de los demás niños que allí estaban, que cual mercancía, serían hacinados en la bodega sin mangueras de ventilación y sin un lugar abrigado, para tan largo éxodo
Según iba avanzando por el embarcadero, su corazón se fragmentaba en mil pedazos, pero cada vez más segura que aunque a su hija le quitaran el nombre y sus raices en un limbo dejaran, sería mejor, antes que sintiera en sus carnes los rigores de aquella guerra constituida de pasta aciaga que solo producía caos, sangre, drama, duelo, hambruna y miseria.
Los minutos iban cayendo y la sombra de la noche cada vez era más espesa.
La madre con la niña en el regazo dejó fluir de su garganta en compases de romanza astur sus emociones y sentimientos, para que aquel ser tan frágil en lo más intimo de sus entrañas se le quedara grabado aquel melódico fragmento. Y fuera su consuelo cuando le invadiera la melancolía perpetua, al no hallar la mano a la que se asía cuando se sentía perdida, o posados sobre ella los ojos grandes del miedo.
Que al ascender por su pecho y al llegar a los labios al aire soltarlo, experimentara complacencia, al pensar que llegaría un día en que la imagen de aquella romanza astur despertaría conciencias y formara parte de una histórica novela
El zumbar del viento con aroma a algas y a mar fue testigo del dolor de aquella madre, cuando poso a su hija en el suelo y la vio alejarse hasta que su pequeñina figura quedo mudada en cabeza de alfiler negra
Figurándose en ese instante que su alma era orquídea con forma de abeja y una guadaña la arrancaba de la braña de forma brusca y violenta.
Quietud profunda cubrió aquella escena.
 Y el tiempo vertiginoso aliado de las estaciones, de los ocasos y amaneceres, conocedor que el era el causante de perderse las cuentas, dejó hilvanado aquel canto astur modulado por la lengua de aquella madre en la urdimbre de una tela de araña de seda, para cuando el cuarzo del mar otra generación pariera, la conociera.
Pero una mañana cuando el sol estaba lavando en el río su rostro, vio como unas manos abyectas sin titubear de la tela de araña lo arrancaba, apropiándose de el, sin pedir permiso al recuerdo. Que hasta la lluvia lloraba ante tan colosal desvergüenza y tan poca ética.
¡¡¡ Hay que ser ignorantes ¡¡¡ consideraba la luna. Mira que no saber que aquella romanza astur la noche cuando se abre, da a conocer a las estrellas la voz que la confecciono, mientras su niña cobijaba en la mantilla de su pecho, que por ser pobre y no tener nada que ofrecerle, mientras le iba con los dedos peinando su rizoso pelo. la iba tatuando en el corazón de la pequeña, para que bailara al compás de su tintineo allá donde estuviera
La encargada de dejar inscritos los derechos de propiedad intelectual de la autora por los siglos de los siglos en el satinado de las  piedras, en los caños de las fuentes, en el decurso de los años, en el libre humo de las velas, en los fósiles de los felechos procedentes de las minas astures a cielo abierto.



Estas letras son mi humilde tributo a Amelia Muñiz Fernandez ( Mely Duwer ) compositora autodidacta de canciones asturianas, dos de ellas: Campanines de mi aldea y Covadonga.
Infinitas gracias entrañables amig@s por vuestro respeto y cariño a mis letras.
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2 comentarios:

  1. Muy hermosas, profundas y sentidas palabras, que dejan esa tristeza y a la vez esperanza de que las raíces jamas se borran cuando han penetrado en el alma.
    Besos

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  2. "La tristeza, aunque esté justificada muchas veces, solo es pereza. Nada necesita menos esfuerzo que estar triste" (Séneca)
    Muy bellos tus pensamientos.
    Abrazos

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