y un ruiseñor nómada de tierra en tierra herido
en un haz de ramas secas la miraba
su frágil cuerpo abatido por el cansancio
su pequeño corazón con esfuerzo la sangre bombeaba
Un relámpago cruzó el cielo, y él sintió un escalofrío
uniéndose en ese instante la lluvia, el mar
el silencio, el todo y la nada
Sus ojinos ya ni dolor ni vida revelaban
habían traspasado la linea horizontal de la noche y el día
del hoy y del mañana.
El mar percibió en el viento la exhalación a duelo
Los sentimientos del alba que despuntaba, se encorajinaban
por aquel ruiseñor que su sangre la tierra empapaba
y yacía inmóvil con el cuellin doblado bajo una de sus alas
Pasaban las horas y ella seguía con aquel sabor amargo en su boca
sin poder arrancar la rabia que moraba en su mirada
No demasiado lejos el rumor de la lluvia cayendo sobre el mar
en el silencio desnudo se filtraba
mudándose en sonsonetes distintos
con oscilaciones abstractas
impugnando aquel mundo por las malas conciencias
autocracia y avidez gobernado
que lo habían convertido en nauseabundo mercado
Culpables de la muerte de aquel ruiseñor en tierra de nadie
que a ninguna persona parecía afectarle
Sin que se derramaran lagrimas sobre sus inertes alas
sin funerales, sin llamas de vela, sin incienso con aroma a sándalo
Sin que fuera digno ningún estandarte ni epinicio
que amortajara aquel arbitrario drama
Infinitas gracias entrañables amig@s, por a mis humildes letras vuestro respeto y cariño
ozna-ozna
