En el rostro de ellos se dibujaba una emoción
de esa emoción que expresa
todos los tonos del universo
que no puede ni medirla el tiempo
que su respiración solo puede oírla el viento
Acariciándolo se sentó junto a él
esperando a que sus mimos surgieran efecto
Hasta que él comprendiera
que a ella no había razón para tenerla miedo
Unas palabras nacidas del corazón
manaron de su boca cual si musitara unos versos
"Te pido perdón por la iniquidad humana "
En ese mismo momento de los ojos de él
se exilió el miedo que aquejaba su cuerpo
invitándola a entrar en el anfiteatro de su alma
que a nadie antes había permitido tener acceso
Y ella se sumergió dentro
sintiendo que se escuchaba el silencio
Ese silencio locuaz que prevalece para siempre
que al tener más fuerza que las palabras
no palidece, ni prescribe, ni languidece
El perrin apoyo su cabeza sobre el pecho de ella
y se dejó acariciar como un niño pequeño
que busca en las manos amorosas de su madre el consuelo
ozna-ozna