Ni que el aroma del alhelí, ni los versos de los poetas, la agasajaran.
Para que huyera de él, el sentimiento de pena infinita, la expresión abatida.
Al ver galopar la ansiedad enfermiza de querer atrapar los rayos del sol
A manos sin moral ni ética retener el soplo fresco de la brisa
En floreros estáticos, rosas deshojándose cariacontecidas
A interruptores sin accionar a pesar que bastaba solo extender los brazos
Cuerpos apegados a la pared sin moverse, pese a tener ante ellos pasillos que desembocan en otras galerías.
Al depredador más grande del mundo, el miedo, succionar y arrastrar a la voluntad a jaulas con barrotes de hierro engranados unos a otros, sin áreas libres para que pueda aletear.
Haciendo que el grito de auxilio del corazón pidiendo oxigeno, apenas fuera audible.
Al alma sumirla en una burbuja donde no hay señales de vida, donde no se percibe el ciclón de la sangre, ni las vibraciones que ella para nutrirse precisa.
Su decepción se mudó en un profundo suspiro, tomó la maleta que la acompaña siempre en sus idas y venidas y pasó junto a la hilera de nubes con su carina pálida, con gesto de amargura, procurando mantener la simetría.
Infinitas gracias entrañables amig@s por a mis humildes letras vuestro respeto y cariño
ozna-ozna
