Para que la apatía descarnada
en su vida no se instale
Sin ser pintora, plasma en lienzo
los matices del AMOR
Su risa de campanilla
Su aire enigmático
Su mágica alquimia
Sus pliegues sin filtro
Y entrega en cada pincelada
sus seis sentidos
Aún sabiendo que él es
cual humo de incienso efímero
Pero el único que hace
Que las entrañas se remuevan
Que la piel no se quede dormida
El único espejo en la que ella se mira
Los dos sin temor ni a la vida ni a la muerte
Los dos revoloteando libres
Los dos revoloteando libres. Nada como la libertad.
ResponderEliminarGracias por tan preciosa historia en poema.
ResponderEliminarSaludos con cariño.
Infinitas gracias por visitar mi humilde morada de las letras
ResponderEliminarBesinos