Aún no había caído la noche
y sus pasos sonaban cansados
Al escucharlos, mi corazón tuvo la certeza
que por ellos habían pasado
muchos soles, muchas lunas
Que sabían de odio y amor
De luz y oscuridad
De paramos yermos
Que se habían enfrentado
a incertidumbres, a luchas internas
Y ahora lentamente se encaminan
hacía el ocaso, a dormir su ultimo sueño
Para que su alma al fin, liberada de la materia
a casa regrese
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