los suspiros del abuelo
El mundo había sido profanado por pérfidos abyectos
Empalideciéndole sus improntas mas bellas
Creando una sensación de vacío, de inercia
De tremebunda decadencia
Haciendo un titánico esfuerzo
Espolia a su corazón a soñar con un bosque encantado
Con su silencio y misterios
Habitado por abedules y robles, en halo mágico envueltos
Adheridas a sus troncos, plantas con raices aéreas
Danzando sobre sus ramas, inoculando pasión
Mariposas de todos los colores y formas
De todos los lugares del mundo
De todos los tiempos.
La luz del amanecer entre sombras
se posó sobre aquel desalentado rostro
para sacarlo de su ensueño
Pero todo su ser, todo su yo, se opuso a ello
El bosque encantado había tejido
en las paredes del alma del abuelo
un tapiz medieval de alto lizo
para protegerla de la realidad acerba
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