A contemplar los reflejos de su rubia melena enredándose con los alfileres de las pajaritas de las estrellas que sin ella no pueden conciliar el sueño, ni respirar si su voz no escuchan
A impregnarse de su aroma a promesa de azahar y begonia que exhala su cara redonda
La brisa que de invierno usa chaqueta de lana, es la única que sabe que el, desde que tuvo memoria, la luna era su secreto amor,
El quebranto del bandoleón y ella, los únicos que pueden narrar en primera persona aquella compleja historia colmada de pasión.
Los únicos testigos de como el rompe su aislamiento para ver como los bohemios con su métrica de estrofas sin ritmo acentuado, tratan de llegar al alma de su amada, bella, misteriosa y seductora.
El astro de la noche se quedó observando la súbita aparición del sol que venía a comunicarle que llegaba ávido de aventuras, que por mucho que luchare para cortarle el paso, la suerte ya estaba echada, el entraría en coma para al final expirar en silencio calmo en la celda de las quebradas horas.
Sin resistirse, ni a nadie poder echar las culpas, siendo conocedor del sacro origen del sol, cumpliendo con el ritual, descorrió el cerrojo y se dejo llevar por los vapores del viento impetuosos
Mientras, la humanidad guardando las irrisorias formas comenzaba su actividad controlada por el juego aburrido de la rutina, con grietas en el aliento, con las canas que de cuclillas en sus sienes se iban acomodando a deshora.
A cada paso resultandoles cada vez más imposible al rostro amistoso de la muerte reconocer.
Con su afán de poseer sin llegar nunca a saber el motivo por el cual el corazón su latido apaga, porque llora, porque vivía, ni por quien.
Y aquí termina la historia del secreto del astro de la noche, escrita sin animo de lucro, con caligrafía que en ningún sumario consta.
La historia del astro de la noche que por extrañar al AMOR siempre repetirá la hazaña de traspasar la rendija que da a la puerta de la alcoba donde su amada reposa, y con aromas de sueño y actas de pasión recorrer su cuerpo desnudo, sin determinar si se había equivocado de tiempo y de lugar.
De retrasar el reloj para dejar su romance tatuado en las nubes, la lluvia y las olas.
ozna-ozna
