Pese haber pasado mucho tiempo
desde aquel día de otoño como el de hoy
en que su alma dejó de visualizarlo
de escuchar el sortilegio musical de su inspiración
Claro y nitidamente, repentinamente recordó
el reflejo del niño en sus ojos claros, inquietos y curiosos
Y en aquel silencio matizado
por el tono oro viejo de la puesta de sol
experimentó el cansancio, el tedio y la soledad
Y se sintió culpable
por haber sido el causante de su pérdida
Por no haberle hecho caso
Por siempre haber estado ocupado
en inútiles cosas corpóreas
Por no haberlo defendido
de las demasiadas mentiras
del egoísmo
de los tantos crepúsculos lividinosos
de las negras ramas caídas
de la sazón
Volvió la cabeza hacia la ventana abierta
por donde se filtraba el suave aroma otoñal
y recibió la claridad de la luna
cargada hacía él de reproches
El niño midiendo el tiempo
salió de entre las sombras
eximiendo a aquel corazón de hombre
de sus dislates errores
Haciendo retornar a aquella efímera existencia
la quimera que antaño compartieran los dos
A su semblante taciturno
su pretérita almibarada expresión
Niño y hombre, se durmieron abrazados a la noche
ambos arropados, por el corpúsculo asteroide.
Infinitas gracias entrañables amig@s por a mis humildes letras vuestro respeto y cariño
ozna ozna