Las taumaturgas estrellas, reclamaban su atención
como si la quisieran rescatar de las garras
de la deslavazada, anodina nada.
Ellas si, ellas estaban ahí desde siempre
noche tras noche, en silencio acompañando su errar
Ahora ajeno a la realidad, versado en soledad
Ella las miró a todas, una a una
resultándole extrañas
Un gusto salobre en los labios, interrumpió su escrutinio
Eran los recuerdos que la mente fue poco a poco desheredando
pero no así el corazón
y los hacía brotar de sus ojos en forma de llanto
El alzhéimer borra la memoria, no los sentimientos
Pascual Maragall
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